En la actualidad son muchos los centros de tratamiento estético que ofrecen relleno con ácido hialurónico para acabar con las arrugas o rejuvenecer el rostro de las personas. Pero, ¿realmente qué es y para qué está especialmente indicada esta sustancia?
El ácido hialurónico es una sustancia hidratante que se encuentra, de manera natural, en nuestro cuerpo. Sobre todo en los cartílagos y en la propia piel. Sin embargo, esta sustancia disminuye a medida que nos hacemos mayores, razón por la que perdemos firmeza y volumen, lo que genera la aparición de las arrugas.
Este comportamiento de nuestro organismo es especialmente visible a partir de los 35 años y está relacionado con el envejecimiento de la piel.
La gran cualidad del ácido hialurónico es su capacidad para atraer y retener el agua, de ahí su capacidad hidratante.
El relleno con ácido hialurónico está especialmente indicado para aquellas personas que han perdido volumen en algunas zonas de su rostro, especialmente en los labios y los pómulos.
Su aplicación en el ámbito estético se realiza desde finales del siglo XX, cuando se investigaron sus virtudes hidratantes en la mejora de la epidermis. De ahí que en la actualidad no solo se emplee para hacer rellenos en la piel, sino que también sea el ingrediente principal de muchos productos cosméticos, especialmente en los que tienen como objetivo eliminar las arrugas faciales. Y es que su uso tópico aporta grandes dosis de hidratación a la parte superior de la dermis.
Relleno con ácido hialurónico: Aplicación
Antes de comenzar el proceso de relleno con ácido hialurónico, hay que hacer una limpieza profunda en el rostro de la persona. Posteriormente, y para evitar la aparición de dolores o molestias durante las infiltraciones, se aplica una crema anestésica en la zona. También es posible realizar un tratamiento con frío de manera local que evite la aparición de estas molestias.
Una vez que la zona está lista para trabajar se aplican las inyecciones, rellenando aquellos pliegues o zonas en las que se ha perdido masa corporal.
Si no quedamos satisfechos con los resultados del relleno con ácido hialurónico en nuestro rostro podemos eliminarlo de nuestro cuerpo de manera inmediata solicitándolo al especialista que nos lo ha inyectado.
Los resultados del relleno con ácido hialurónico en nuestro rostro permanecen durante unos nueve meses, aunque esta cifra puede disminuir o ampliarse atendiendo a la edad de la persona infiltrada, la calidad de la piel que se ha rellenado, el modo de vida que siga la paciente, el tipo de alimentación que lleva, etc. Así pues, lo normal es que si hemos quedado satisfechos con el resultado de esta técnica, la repitamos al año para asegurarnos la permanencia de sus efectos en nuestra imagen pública.
Por lo general, las sesiones de tratamiento con relleno hialurónico tienen una duración aproximada de una hora, contando el tiempo de aplicación de la anestesia.
Relleno con ácido hialurónico: Zonas prioritarias
El relleno con ácido hialurónico suele emplearse para borrar los signos de la edad en las siguientes zonas del cuerpo:
- Contorno y comisura de los labios.
- Volumen labial y pómulos.
- Arrugas labiales y las que se encuentran en el contorno de los labios.
- Las líneas de expresión que en ambos lados de la nariz y la boca (los que se conocen como surcos nasogenianos).
- Patas de gallo.
Para cualquier otra aplicación, hay que consultar al médico estético o al especialista que vaya a realizar las infiltraciones.
Relleno con ácido hialurónico: Cuidados
La aplicación del relleno con ácido hialurónico no necesita ningún tipo de ingreso hospitalario o similar, pudiendo recuperar nuestra actividad normal a las pocas horas de habernos infiltrado.
Esto, sin embargo, no significa que no requiera ningún cuidado por parte de la paciente. Así, al igual que ocurre con los tratamiento que emplean bótox, no se debe masajear la zona tratada. De hacerlo corremos el riesgo de que la sustancia acabe afectando a otras zonas que no necesitaban relleno, lo que podría deformar nuestro aspecto.
También es recomendable cuidar la zona de los efectos del sol aplicando protección de valores muy altos y evitando las horas centrales del día.