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Hilos japoneses : para combatir la flacidez facial

Hilos japoneses : para combatir la flacidez facial - hilos japoneses

Los  hilos japoneses (también conocidos como hilos mágicos) son unos hilos tensores que se utilizan en tratamientos de estética con el que se pretende rejuvenecer la piel. Los hilos japoneses corrigen el grado de flacidez, llegando a retrasar la realización de intervenciones tipo lifting.

Están especialmente indicados para la piel del rostro y del cuello, siendo especialmente útiles en los siguientes casos: la elevación de las mejillas, recuperación del óvalo facial, corrección de las arrugas del contorno de los ojos, reafirmación del cuello, elevación de cejas y mejora de los surcos nasogenianos, entre otras aplicaciones.

hilos japoneses paternaLos hilos japonenes también pueden utilizarse en otras zonas del cuerpo como las manos, los brazos, los muslos, las rodillas, las mamas y el abdomen, aunque estas aplicaciones no son tan habituales como las que se realizan en el rostro.

El grado de flacidez que corrigen los hilos japoneses es medio y bajo, llegando a retrasar el uso de intervenciones tipo lifting.

Como su propio nombre indica se trata de un tratamiento que tiene su origen en Japón, donde comienza a utilizarse este tipo de hilos en el ámbito de la belleza a finales de los años ochenta del siglo XX.

Los hilos japoneses están realizados con un material denominado polidioxanona, que absorbe la piel y que es cien por cien biocompatible como se ha demostrado durante años en cirugía, donde se ha empleado para hacer suturas en órganos internos.

Esto es una novedad, ya que hasta el momento se utilizaban, para este mismo fin, unos hilos de oro o hilos rusos que dependían de la cirugía para ser implantados y que no eran reabsorbidos por la piel. Es decir, la técnica no es nueva pero sí el material que se ha empleado para confeccionar los nuevos hilos.

 

Hilos japoneses: Características y funcionamiento

hilos japoneses centro médico europaLos hilos japoneses son hebras de diferentes grosores (aunque nunca superiores a un cabello humano) y es el especialista en estética quien debe seleccionar en más indicado para cada persona y parte del cuerpo.

Para disfrutar de las bondades de los hilos japoneses hay que infiltrarlos bajo la piel de la zona que se quiere corregir. Desde ese momento, la polidioxanona (PDO) que compone el hilo estimula la producción de colágeno y de fibroblastos alrededor del hilo insertado en la piel, provocando un engrosamiento de la misma, lo que provoca esa tensión que tanto se solicita en las clínicas de belleza.

Antes de infiltrar los hilos japoneses es necesario marcar el rostro de la persona con un lápiz especial, una guía para colocar unas microagujas que guiarán el camino por las que se introducirá el hijo japonés. De esta manera, el hilo se colocará en la dirección y línea necesarias para crear un mallado de tensión que sujete el rostro y, por ende, favorezca la tensión en la zona.

La cantidad de hilos que se coloca en una sesión de cirugía de este tipo varía dependiendo de la cantidad de piel que haya que cubrir y de la naturaleza de cada persona. Así, por ejemplo, en una sesión donde se intervenga en cara y cuello se suele emplear una media de entre 20 y 80 hilos japoneses.

 

Hilos japoneses: Ventajas

La piel suele tardar unos seis meses en absorber los hilos japoneses, y sus resultados son visibles durante un año o año y medio, dependiendo de cada persona.  Sin embargo, sus efectos se pueden apreciar desde el primer mes de su colocación.

El tratamiento con hilos japoneses es seguro casi en su totalidad y es raro que aparezcan efectos secundarios. Esto se debe a que se trata de un material antimicrobiano que no provoca alergia de ningún tipo.

A diferencia de otros tratamientos que persiguen corregir la flacidez del rostro, como es el caso del bótox, los resultados que tienen las personas que utilizan hilos japoneses en su rostro, son mucho más naturales y mejoran con el paso del tiempo.

Aunque los hilos japoneses se pueden infiltrar en el rostro o el cuello de cualquier persona adulta, lo ideal es hacerlo en aquellos individuos que tienen o superan los 35 años de edad, que es cuando se detectan los primeros síntomas de flacidez en la piel.

Así pues, si están pensando en corregir líneas de expresión facial pero no quieres pasar por el quirófano, este es una buena solución.